U.D. LOS BARRIOS 1
ARCOS C.F. 0
Los Barrios: Goito, David Charles, Salas, Trujillo, Vázquez, Ezequiel, Miki, Ferrer (Toni, 86’), Antoñito, Labra (Chupi, 83’), Pedro Muñoz (Fosela, 88’).
Arcos:F ran, Nano, Gabi, Adri, David Feito, Zúñiga (Orihuela, 77’), Oca, Zafra (Jacobo, 68’), Maqui, Antonio Sánchez (Espada, 80’) y Juan Gómez.
Árbitro: Santizo Álvarez. Amonestó por parte local a Edu Oliva, Álex Vázquez y Miki. Expulsó al entrenador de Los Barrios, Rafael Escobar, en el minuto 91.
Gol: 1-0 Chupi (94’).
Incidencias: 27º jornada del Grupo X de Tercera División disputado en el Polideportivo San Rafael ante unos 350 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en memoria de un directivo local fallecido recientemente.
El Arcos vio truncada su magnífica racha de 13 jornadas sin conocer la derrota al caer en el tiempo de prolongación ante la U.D. Los Barrios en el estadio San Rafael cuando los jugadores locales se afanaban por que acabara el partido cuanto antes para lograr un punto trabajado ante el líder del grupo décimo de Tercera hasta la jornada del pasado domingo. El tanto de Chupi para los gualdiverdes llegó precedido de un error de la zaga arcense que permitió al delantero malagueño marcar a puerta vacía ante la incredulidad de propios y extraños. El conjunto de Rafael Escobar se dejó la piel para tratar de anular a un Arcos que como suele ser habitual en él comenzó muy fuerte y decidido a acabar con su rival por la vía rápida y al no conseguir ponerse por delante en el marcador le fueron fallando las fuerzas y la inspiración dando alas a un rival que se jugaba la vida en cada duelo.
Durante la primera mitad y con el viento a favor, el Arcos creó las únicas ocasiones en las botas de Antonio Sánchez y Juan Gómez. El primero falló una oportunidad extraordinaria de adelantar a los blancos en el marcador en un jugadón de Zafra en el minuto 9, que le puso en bandeja el tanto al ariete arcense cuyo disparo se marchó fuera por centímetros. Por su parte, Juan Gómez realizó una fantástica jugada personal en el minuto 24 recibiendo un pase de Oca en un robo previo de Gabi y llegando hasta el área de Goito, al que le envió una vaselina que no fue gol de pura casualidad en una primera parte jugada con enorme intensidad bajo unas condiciones meteorológicas francamente adversas que convirtieron el partido en una batalla contra los elementos desatados: viento, lluvia y frío. El Arcos contuvo a su enemigo en el centro del campo y en la defensa, sin permitir avanzar a los pivotes barreños, Ezequiel y Miki, ni a los jugadores de ataque como Labra o Antoñito, los más adelantados de su equipo. El Arcos se mostraba duro, contundente y expeditivo atrás pero falto de precisión en la línea de ataque. Los blancos eran una escuadra sólida y potente pero necesitaba un gol que hiciera justicia a sus merecimientos. Su trabajo colectivo era encomiable pero carecía de la suerte del gol para rubricar sus méritos.
En la segunda mitad, el Arcos ya no fue tan temible aunque gozó de otra gran ocasión a cargo de Zafra en el minuto 61 pero fue la Unión quien creó más peligro en una falta desde la frontal del área ejecutada por Antoñito que repelió el larguero con Fran completamente batido. También se pidió penalti en una caída del mismo jugador barreño al caérsele encima un defensa del Arcos, pero el árbitro no observó punibilidad en la acción. Pero el verdadero golpe de efecto del encuentro llegó en el tiempo de prolongación en una pérdida del balón de la defensa visitante que habilitó al delantero Chupi para marcar a puerta vacía un gol con el que ni siquiera soñaban los campogibraltareños, un tanto que fue un mazazo para las aspiraciones del Arcos de salir nuevamente líder del San Rafael. Antes, en el minuto 89, Espada –que había entrado por Antonio Sánchez en el minuto 80–, disparó desde lejos con potencia aunque desviado, con el portero de Los Barrios Goito resbalándose en el momento de la jugada. A continuación, fue expulsado el entrenador local, Rafael Escobar, por protestar, y luego el único gol de la tarde, en el que la defensa arcense no estuvo muy despierta para evitar el robo de balón que originaría el único gol de partido, una jugada desgraciada que resultó ser un excesivo premio para los merecimientos de los locales
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