Sinceramente, no hacían falta tantas alforjas para este viaje. Que la comisión provincial de gobierno de la Cámara de Comercio de Jaén haya necesitado tres meses para sentenciar la complicada situación financiera de la entidad cameral tras la dimisión en bloque de su anterior directiva y que recomienden abrir un nuevo proceso electoral, habla muy poco del interés en mantener viva la Cámara de Comercio de Jaén. No ponemos en duda el trabajo de auditoría y análisis que han realizado los profesionales que lo han llevado a cabo, sin embargo, nada ha trascendido de él y sobre todo, huelga decir que la convocatoria de nuevas elecciones, si no se ponen soluciones para la situación en quiebra que tiene la Cámara, no conduce a nada. ¿Cuál es la ruta a seguir, la estrategia y la solvencia que se ofrece a quienes quieran dar el paso para hacerse cargo de la entidad? La Junta de Andalucía, como administración tutelante debe pronunciarse al respecto y ofrecer los avales suficientes para que este proceso electoral no sea un brindis al sol o un simple circo mediático y agónico hasta la desaparición de la Cámara. Jaén pierde si no tiene su Cámara de Comercio trabajando por los intereses de la provincia y no, como ha ocurrido durante mucho tiempo, por los intereses de otra burbuja que explotó y que es necesario levantar desde la responsabilidad y la vocación del interés general.
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