Como quiera que las declaraciones del concejal no adscrito, Iván Martínez, se contestan por sí solas con aquello de que si no les gustan mis principios, tengo otros, y el PSOE municipal resumió bien su comparecencia diciendo que el PP sacó ayer “a su tránsfuga a pasear”, centrémonos en asuntos realmente importantes para la ciudad. Sí sirvió la comparecencia de Martínez para destripar una de las buenas noticias que tenía en cartera el concejal de Hacienda, Manuel Bonilla, acerca de un plan de prejubilaciones incentivadas en el Ayuntamiento, con 7.000 euros en el primer año y 17.000 en el segundo. Esta medida, que aliviará la amplia plantilla municipal supondrá, por un lado, ahorrar en gastos de personal y, por otro, contar con una tasa de reposición del 15 por ciento, que servirá para cubrir puestos técnicos realmente necesarios (esperemos) y dar carpetazo a cientos de empleos serviles e improductivos que no son más que un lastre para las arcas municipales. Hace un año cuestionábamos en estas mismas líneas el que denominamos como Plan Bonilla, pero hoy, hay que felicitar al edil de Hacienda por un trabajo serio y por conseguir desbloquear situaciones enquistadas durante años, y sobre todo, por resistir ante la situación más complicada que ha vivido el Consistorio en todo su historia. Queda mucho camino por andar, pero el camino emprendido es acertado y pragmático.
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