Venir a estas alturas a la provincia de Jaén a hablar de compromiso del Gobierno de España con la Alta Velocidad es sinceramente faltar el respeto a todos los jienenses. Da igual quien sea, en esta ocasión ha sido el PP. Hablar de compromiso con una infraestructura de la que se puso la primera traviesa en el año 2002, hace 16 años, y de cuya línea de Alta Velocidad Jaén-Alcázar de San Juan-Madrid solo se han construido hasta el momento 11’2 kilómetros, es verdaderamente lamentable, porque salen a 600 metros por año y porque cuando se terminen los 13’6 kilómetros de Jaén capital a Grañena, previsto para 2019, el trazado de la línea sumará en la provincia la escalofriante cifra de 24’8 kilómetros. Todo eso lo deberían haber tenido en cuenta ayer el delegado del Gobierno de España en Andalucía, Antonio Sanz, y el secretario de Estado de Hacienda, José Enrique Fernández de Moya. Ningún político de este país puede (ni debe) sacar pecho de las inversiones que en materia ferroviaria se hagan en Jaén. Es más, cada vez que vengan a hacerse una foto en uno de esos tramos deberían pedir disculpas a todos los jienenses antes de hablar de compromiso del Gobierno de España, siete años en manos socialistas y nueve en manos populares desde el inicio del proyecto.
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