Aunque aún no tiene fecha, en breve se celebrará el pleno extraordinario en el que el Defensor de la Ciudadanía presentará su memoria de 2019; un documento donde recoge las principales quejas y reclamaciones que realizan los vecinos de Arcos a su Ayuntamiento.
Según explica el Defensor, Pepe Salas, la memoria es prácticamente “un copia y pega” de documentos anteriores, con lo cual deja entrever que poco o nada se ha avanzado en determinados asuntos que afectan a la relación del ciudadano con su Ayuntamiento, así como las distintas intervenciones que la oficina ha llevado a cabo.
Así pues, la memoria refleja los problemas derivados de la mala ubicación de contenedores en la vía pública, nuevamente los ruidos que tienen que soportar vecinos de Arcos de establecimientos y actividades públicas, y otros problemas de escolarización que se han producido recientemente. Sobre este último asunto, el Defensor recuerda el caso de la niña María que durante dos años no pudo asistir a la clase por estar matriculada en un centro muy alejado de su vivienda y con falta de medios de su familia. Pues, bien, otro caso parecido se está produciendo, ahora con una familia de dos hijos que asisten a los institutos Guadalpeña y Alminares, y que viven en una zona rural junto al Pinar de la Plata. Su familia tiene que trasladar a uno de ellos al IES Alminares que prácticamente dista diez kilómetros de su vivienda, mientras que sus padres trabajan y no pueden trasladarlo. Aunque las soluciones deben venir de la mano de la Consejería de Educación, la apertura del expediente por este caso fue trasladado al Ayuntamiento de la ciudad para que de algún modo mediera ante la Junta.
Según el Defensor, poco se ha avanzado en las respuestas que debe dar el Ayuntamiento al ciudadano cuando éste presenta una reclamación. Esta es una queja común de las últimas memorias. “No se ha avanzado en absoluto, todos los años lo mismo. El Ayuntamiento, por favor, tiene que responder aunque sea negativamente o con otro argumento, pero debe responder”.
Otro asunto es la incidencia de las obras públicas sobre la vida de las personas. Como ejemplo, el Defensor cita que a día de hoy siguen existiendo aceras ocupadas por postes eléctricos o de telefonía que impiden el paso de los peatones, y sobre todo de personas con movilidad reducida; situación que también se produce con obras que no son debidamente señalizadas, caso de las acometidas por ejemplo por la empresa de agua -recientemente un vecino de El Santiscal invidente estuvo a punto de caer en una zanja que permaneció varios días abiertas en una acera-.
También se dan otros problemas y circunstancias que afectan al medio ambiente y a la ordenación del territorio.
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