Andalucía

Zapatero dice que el PP espera ?un milagro? en Andalucía

El presidente del Gobierno califica a Mariano Rajoy y a Javier Arenas de ser ?perdedores natos?

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  • Los candidatos de las capitales y grandes ciudades de Andalucía escuchan la intervención del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. -
Un milagro, eso es lo que espera el PP para gobernar en Andalucía, según la visión del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que acompañó ayer a los socialistas andaluces en el acto de presentación de los 29 candidatos a las Alcaldías de las capitales y principales ciudades de nuestra Comunidad.

El primer gran acto de la precampaña del PSOE andaluz para las municipales se celebraba ayer en Sevilla bajo un sol casi de agosto, en el Muelle de Las Delicias, junto al Guadalquivir aunque el gran río no cumplió con su labor de refrescar el ambiente. Aunque los cinco mil militantes que se dieron cita en la presentación de sus candidatos, venidos en autobús desde todos los puntos de Andalucía, no necesitaban más apoyo que el ver a sus alcaldables, a Rodríguez Zapatero y a Griñán.

Y en este ambiente fue donde le vino la revelación al presidente del Gobierno: “la derecha nunca ha confiado en Andalucía, están esperando un milagro para gobernar”, decía entra aplausos y sonrisas irónicas del respetable, tras haber dejado claro que Andalucía “es progresista, de izquierdas y va a seguir siéndolo”.

Rodríguez Zapatero ya había lanzado algunos dardos contra la derecha que representa el PP, especialmente contra Mariano Rajoy y contra Javier Arenas, a los que calificó de “perdedores natos”, que utilizan la descalificación y la crítica “a todo y en todo momento”, intentando ganar “con los defectos de los demás”. Un militante le daba su particular explicación a voces: “No tienen educación”.

Contraponía Zapatero la “responsabilidad” que ha demostrado Andalucía “trabajando para sumar y unir” a lo largo de todos estos años, con la actitud de huida de la derecha y le negaba a Mariano Rajoy la legitimidad para criticar los presupuestos generales. “Dice que son deprimentes, lo que es deprimente es que los haya porque ellos lo que querían es que no los hubiera”, cuando van a ser los presupuestos “más necesarios y decisivos” para la recuperación económica del país.

Gasto social

El presidente destacó que los presupuestos, con un 58%, tienen el mayor volumen de la historia para gasto social, e incidió especialmente en el incremento de las becas, “porque si lo más grave es perder el empleo, más nos preocupa el destino de los hijos, que no queden atrás en su formación”.

De ahí pasó a la dependencia y a las pensiones, que sin hablar de su congelación que tanto critican desde la oposición, sí quiso poner en valor el incremento en 25% del poder adquisitivo de los jubilados. “No admito esa crítica bajo ningún concepto”, aseguraba tras recordar que el PP no subió nunca las pensiones en sus ocho años de gobierno y con bonanza económica.

“Sabemos responsabilizarnos y aguantar muchas críticas, respetamos a quien las hace y a quien convoca una huelga, ni restringimos los derechos de los sindicatos ni de los trabajadores”, exponía el presidente andaluz para explicarles a los suyos cuán necesaria es la austeridad en estos momentos.

De hecho, llegó incluso a asegurar que entienden y comprenden el malestar y la inquietud de los trabajadores públicos: “no tendrán más que comprensión por parte de los socialistas y hacer todo lo que esté en nuestras manos para poder ayudarles”, decía interrumpido por gritos de “¡presidente, presidente!”.

Sí tuvo claro que al final de la crisis económica “más grave”, “quienes estarán aquí, sin ayuda de la derecha, va a ser el PSOE”. En esa nueva etapa de progreso, empleo y desarrollo sostenible “no podrán decir que echaron una mano, mientras nosotros sufrimos lo nuestro para conseguirla”,

Escuchar a la gente

“El rumbo de este país no se va a interrumpir”, aseguraba José Luis Rodríguez Zapatero, y en ese camino invitaba a los candidatos y candidatas socialistas a “escuchar más que nunca a la gente de la calle” para que sepan que el PSOE “es el partido de la gente que no tiene de todo y que tienen más dificultades”.

Les instaba a explicarles a los ciudadanos que el PSOE es el “partido municipalista”, ya que a través del Plan E y los fondos locales se han realizado 10.000 obras en dos años, con una inversión de más de 2.000 millones de euros. “Estamos cambiando otra vez los pueblos”, apuntaba siguiendo el hilo argumental de José Antonio Griñán, quien se encargó de recordar que el partido del cambio y de las reformas profundas y sociales desde que volvió la democracia ha sido el PSOE y con la oposición de la derecha.

Zapatero finalizaba su intervención animando a los suyos a trabajar “duro y más cerca que nunca de los que tienen problemas”, contestando con políticas acertadas a la derecha “insolidaria que no asume responsabilidades ni arrima el hombro”. “El PSOE es un gran partido y vais a seguir siéndolo”, concluía entre aplausos.

El partido de las ideas

La intervención de José Luis Rodríguez Zapatero, sin ser de las que más efusividad causan en sus seguidores, consiguió en varios momentos encender a los militantes, pero no le resultó tan fácil a José Antonio Griñán, que se empeñó en demostrar que el PSOE es el partido de las ideas y que, históricamente, es el que ha liderado el cambio. Eso sí, una de las primeras cosas que dejó claro es que todos los candidatos tienen “mi total confianza, sin reservas ni letra pequeña”.

Griñán se dirigía a los candidatos para recordarles que la política es el instrumento del cambio y que había que recuperar la ilusión y el contacto con la realidad, conocer y vivir los problemas, para “restablecer” la confianza en la política, frente a la demagogia, el insulto y el que quiere “encontrar una oportunidad entre los escombros”.

El trabajo debe ser “el centro del sistema y la educación, el mejor camino”, apuntaba Griñán, para recordar que la historia es “el aval del PSOE” y que a veces hay que “renunciar a una parte del presente para ganar el futuro”.

“No hay un manual de instrucciones para el progreso”, reconocía el presidente de la Junta, pero tampoco somos “don Quijote luchando contra molinos de viento”, pero “hemos transformado esta tierra en estos 30 años”.

Frente a los que “son incapaces de jugar limpio y llegar a las urnas con un programa escrito, los que no quieren ganar si no que pierda el PSOE y usan la huelga para cargarse a los sindicatos”, Griñán contrapuso la capacidad de escuchar, como hace Zapatero.

“Hacer ciudad es hacer ciudadanos” y con cooperación, señalaba el presidente andaluz, que invitaba a los candidatos a luchar y tener compromisos concretos pero huyendo de la demagogia y sin “ofrecer todo a todos y gratis”. “Hay que vencer y convencer, para eso tenemos recetas, programas, argumentos y trabajo, mucho trabajo”, aseguraba José Antonio Griñán.

Calor y sombreros improvisados

Si hubiera que poner una nota de color en la presentación de los candidatos socialistas de las principales ciudades andaluzas sería el rojo pero por la temperatura. Si el PSOE consiguió presentar a 26 personas con una puesta en escena amena y participativa, preguntando brevemente a los protagonistas una cuestión que podía o no ser relevante, fallaron en el sitio o, al menos, en no montar una carpa para proteger del sol.

El veranillo del membrillo apareció ayer en la capital hispalense y, a pesar de que las botellas de agua parecían distribuirse por todos lados, el sol supuso una auténtica crueldad para las 5.000 personas que allí estaban.

Algunos conseguimos atrincherarnos bajo la sombra de los pocos árboles que hay en el muelle, pero la mayoría tuvo que optar por hacerse un improvisado sombrero con unas cartulinas de apoyo que se habían distribuido pero que no sirvieron para el fin planeado.

Eso si, a pesar de que hubo un grupo de trabajadores municipales de Sevilla que protestaron, no hubo ni un sólo silbido contra ZP.

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